2023/02/28

¿Quién agita el hormiguero?

Me parece terriblemente maquiavélica, la aparición "Espontánea" de la consigna "García Luna no se toca" el día de ayer. Quien lo haya planeado es un estratega político brillante, aunque perverso y destructivo. 

Haber puesto esas mantas es, otra vez, la manera perfecta para cercenar la poca comunicación que podría haber entre los diferentes grupos sociales en nuestro país. Es asegurarse que la batalla entre pandillas se lleve a nivel nacional. Una estrategia de provocación y siembra de caos que ayuda a la clase política a mantener sus privilegios. Y no estoy hablando contra de la 4T o de su supuesta oposición. Los meto a todos en la misma canasta.

Nos tienen a todos marchando, peleándonos entre nosotros, reclamándonos e insultándonos. Pero al final el privilegio lo mantiene el rey que vive en el palacio y el duque que simula defender a su pueblo. El primero tiene mucho y quiere más, el segundo, que también tiene mucho quisiera lo que tiene el rey. Y mientras tanto el pueblo como peón, observa y toma partido. Como si en algún momento el Rey fuera a repartir privilegios a todos. No lo hará. La repartición se hace sólo a los ungidos, que se vuelven ejemplos particulares de la posible ascensión del pueblo al olimpo, sin que esto se materialice de manera generalizada.

No he conocido a ningún político que, de manera desinteresada, busque que el pueblo reciba de manera justa recursos para acceso universal al bienestar. Es más, me atrevería a decir que conozco a pocos humanos que hagan esto. Incluso, si me veo un poco más fatalista, puedo decir que tengo argumentos lo suficientemente sólidos para asegurar que los humanos no queremos el bienestar generalizado. Me inclino a pensar que la percepción de bienestar es no sólo subjetiva, sino comparativa. Para yo estar bien tengo que ver que alguien está mal. 

Más aún los humanos somos poco creativos, somos incapaces de imaginar lo que no conocemos, por eso la creación es un proceso largo y cansado, necesitamos construir sobre los cimientos firmes que ya se pusieron. No es ni bueno ni malo, simplemente así somos, nos paramos sobre los hombros de gigantes para ver lejos. Es la historia de la humanidad. 

Así para estar mejor somos incapaces de imaginar un mundo diferente al que ya conocemos, buscamos ejemplos en aquellos a los que la sociedad señala como exitosos e intentamos imitarlos, en la esperanza de que a través de la imitación nosotros seamos considerados exitosos también.

Alguien entiende muy bien esta forma en la que de manera natural vemos al inferior que nos eleva y al superior que nos inspira y también entiende bien que en ese supuesto inferior encontramos aspectos propios con los que nos identificamos, celebramos y nos enriquecen y en el también supuesto superior encontramos características que rechazamos y nos molestan. Al final todo son proyecciones nuestras, de nuestras preocupaciones y de nuestros deseos. El inferior no es inferior, nosotros ahí lo ubicamos, lo mismo que el superior y así como en el símbolo del Ying y el Yang todo negro tiene un blanco y todo blanco tiene un negro, lo mismo nuestras proyecciones. 

Insisto, alguien entiende muy bien todo esto, sabe que puede catalizar esas emociones primigenias y lo está haciendo en nuestro país. Está buscando que peleemos, que discutamos, que nos odiemos y que a través de ese distanciamiento nos volvamos débiles. Y lo está haciendo tan bien que caemos. 

La gente que estuvo en el Zócalo marchando no está a favor de García Luna ni de la corrupción. Me atrevería a decir que tampoco es estar a favor de un partido. Lo que no quieren es regresar al México monopartidista que conocimos antes de los dos miles. Y la información que tienen les hace pensar que este gobierno nos está llevando hacia allá. Y los que están a favor de la 4T tampoco son todos los epítetos que se les cuelgan, es gente que quiere que en la vida les vaya bien, todos buscamos lo mismo, estar mejor, sentir que vamos ganando, que nuestra vida tenga sentido. 

Y de esa necesidad los políticos se agarran y nos manipulan. 

Dejemos de ver en el otro a nuestro enemigo. Veamos con recelo al que administra de manera manipuladora la información, al que se presenta como mejor que el otro, a los falsos profetas. Y entendamos que no vamos a estar mejor por lo que un supuesto líder prometa. 

Es a través de la fuerza común, la fraternidad, el apoyo entre nosotros como vamos a lograr estar mejor. 

Por favor dejemos de caer en provocaciones y veamos a nuestro vecino, al de la colonia de junto como alguien con la misma búsqueda de sentido y felicidad que nosotros. Eso sí va a hacer que México, que el mundo, sea un lugar mejor.

 

La tesis de la ministra... Un llamado a la honestidad personal

Durante muchos años se ha bromeado y se han hecho comentarios serios acerca de que en universidades privadas como la Anáhuac, el valor más importante no está en la formación académica ni en el rigor del conocimiento transmitido, sino en la capacidad de relacionamiento y formación de liderazgo, que no está del todo relacionada con conocimientos de alta especialidad. Es decir, no se espera que los alumnos de estas universidades sean los mejores en su campo, pero sí se espera que egresen como directores de empresa con habilidades sociales. Tal vez has escuchado antes frases como "no salí bien preparado, pero conocí a muchas personas" o "no sabía que lo importante era la gente que conocería en esa escuela" o "mi papá pagó por esta universidad para que pudiera hacer contactos".

En una sociedad productivista y utilitaria, los conocimientos de una persona solo valen por su aplicación en el mundo real. Esto solo se puede valorar objetivamente cuando se cumplen metas medibles, es decir, después de la contratación. Los exámenes y trabajos de grado son la forma en que las instituciones educativas se aseguran de que el título que otorgan cumpla con sus estándares mínimos. Teniendo en cuenta que este control de calidad es el mínimo aceptable para un alumno egresado de una institución, cualquier institución será valorada por los logros de sus exalumnos. Es decir, las instituciones educativas son valoradas por los logros consistentes de sus exalumnos.

Considerando que en la Anahuac no se buscan grandes conocimientos sino habilidades sociales, ¿realmente nos sorprende que el control de calidad de las tesis sea mínimo? No nos rasguemos las vestiduras por lo que ha pasado con Yasmín Esquivel. Ya sabemos que si se hacemos un examen de conciencia profundo veremos que muchos (tal vez la mayoría) de los alumnos de licenciatura consideran la tesis como un trámite que debe cumplirse, en lugar de un reto a dominar en su preparación. No podemos pretender que un alumno de la Anáhuac esté "súper bien preparado" cuando los hitos del desarrollo académico son una friega más que una oportunidad para desarrllarse.

Lo mismo ocurre si pensamos en la UNAM. Cuando sabemos que las plazas de maestro se venden y que los alumnos compran calificaciones, ¿nos sorprende que esta ministra haya participado en una red que ayuda a generar tesis como si fueran bolillos?

No nos hagamos los ofendidos, sus títulos no se devaluaron, su universidad no los traicionó, solo se transparentó lo que ya todos sabíamos. ¿Realmente nos sorprende? ¿O es que tenemos ganas de sorprendernos y fingir que estamos ofendidos? Por supuesto que no va a pasar nada con Yasmín Esquivel. No es su título el que no vale, sino los títulos, grados, reconocimientos y licencias de todos los que estamos dispuestos a actuar todos los días de manera poco honesta, de aquellos que están dispuestos a encontrar atajos en lo que hacen y a obtener privilegios rebasando los límites.

Dejemos de señalar a Yasmín como la mala del cuento, cuando en realidad estamos señalando a todo nuestro sistema.

¿Vamos a dar ejemplo de cambio? ¿Será este el parteaguas que marque el inicio de una sociedad más honesta y transparente?

Yo me uno, vamos todos juntos. Pero si lo que buscan es una cacería de brujas para quemar a alguien desde el teclado y ser una oposición pasiva a un régimen que se ha vuelto fuerte por la indolencia de una sociedad poco involucrada, entonces yo no le entro.

Solo digo que si vamos a ser honestos, empecemos por voltear a ver nuestras propias acciones, no sea que nos demos cuenta de que no conocemos el reglamento de tránsito y aún así tengamos una licencia.

Del Extractivismo a la Autenticidad: Crisis y Transformación del Trabajo

  La Ilusión de Progreso La clase media global creció de 1.8 mil millones en 1990 a más de 3.5 mil millones de personas hoy. Celebramos est...